- Contexto actual: estado de la economía española y europea
- La apuesta por la digitalización: dar mejor servicio, llegar más lejos
- Cómo aprovechar la digitalización: atraer a nuevos clientes
- El papel de los fondos de inversión: cómo afrontar su impacto
- El nuevo perfil de servicio del Despacho Profesional: el Despacho innovador
- Conclusiones
La nueva economía del s.XXI: la era de la digitalización
La apuesta por la digitalización: dar mejor servicio, llegar más lejos
En un escenario como el que hemos descrito, el principal reto del Despacho, y que es una oportunidad impresionante, es la digitalización de los procesos de la empresa. Y lo es porque permite en última opción dar respuesta a la demanda principal del cliente: la calidad de servicio y una atención personalizada.
Pero crecer obliga a los despachos a cambiar las prioridades, pensando en primer lugar en dar un servicio de valor añadido. Si tenemos una asesoría contable, presentar unos balances es poco interesante, se ha convertido en un commodity. Lo que es interesante es cómo asesorar a este cliente con las opciones más interesantes a corto y medio plazo para él.
En segundo lugar, los despachos están muchas veces localizados única y exclusivamente en una ciudad, o un barrio. A partir de la digitalización, el mundo es nuestro barrio, porque con los nuevos métodos y plataformas de comunicación podemos hablar con cualquiera en cualquier momento: la presencialidad pierde valor y lo que gana es la rapidez, la calidad del servicio. Con esto surge una oportunidad para crecer impresionante, pero ¿cómo la identificamos y qué tenemos que hacer?
Cómo aprovechar la digitalización: atraer a nuevos clientes
Analicemos de forma estratégica el perfil de nuestro cliente a medio plazo: los cambios demográficos que empezamos a ver hacen que, en Barcelona, por ejemplo, por primera vez más de la mitad de los habitantes actuales no han nacido en la capital catalana. Tenemos una población mucho más diversa y distintos segmentos de mercado a los que atraer, ya sea en la ciudad, en el conjunto del país o incluso en el mundo.
Analicemos ahora quién pone en marcha nuevos negocios en España, el perfil del emprendedor: de nuevo en Barcelona, el barrio del 22@ tiene un perfil de trabajadores extranjeros, principalmente de la UE, que buscan un entorno adecuado para vivir y un lugar donde trabajar y emprender nuevos negocios. Y estas empresas tienen que ser nuestros nuevos clientes y comprar nuestros servicios, de forma que es imprescindible un cambio de chip: la internacionalización hace que cada vez más, sobre todo en las grandes ciudades, debamos tener como un idioma prioritario el inglés, y que sea un requisito de nuestros nuevos empleados.
Debemos también entender que muchas veces no seremos los que generemos valor: por ejemplo, ante una nueva normativa, el despacho necesita tener información para comunicarla al cliente, pero no es necesario que haga el esfuerzo de generarla: ya hay empresas especializadas como Wolters Kluwer que nos ofrecen este contenido, y gracias a la digitalización podemos integrarla en la gestión fiscal, contable o de cualquiera de los servicios que prestemos. Por ello, si en la empresa hablamos de front y back office, el segundo pierde importancia en favor del front, donde podemos poner nuestro esfuerzo y generar más valor.
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El papel de los fondos de inversión: cómo afrontar su impacto
Estamos ante un proceso de digitalización de la economía con dos consecuencias: en primer lugar, un incremento de productividad. Y, en segundo lugar, con la entrada de grandes fondos de inversión en múltiples sectores con un modo operativo claro: aportar capital, muchísima publicidad y a partir de aquí poner precios muy bajos para conseguir una clientela importante. Sin embargo, tienen un punto débil: y es que tras comprar una empresa suelen venderla a los 5 o 7 años, buscando la rentabilidad a corto plazo. Y esto hace que no tengan la fidelización de los clientes como objetivo principal.
¿Y en este escenario, qué hacemos con la empresa? ¿Hacia dónde la llevamos? Las reglas del juego han cambiado y obligan a adaptarnos: si no apostamos por crecer lo haremos en especializarnos, en convertirnos en una boutique del Despacho. Ejemplo de ello son despachos profesionales que ya se han expandido, por ejemplo, en el área jurídica global, o la especialización en reclamaciones contra los bancos. Este mismo modelo es replicable para el resto y no existe opción a poner la excusa de la inversión en publicidad: hoy en día cuesta menos que nunca, porque se hace masivamente en Internet, en las redes sociales. Aprovechemos esta oportunidad y creemos una imagen de empresa, apostemos por convertiros en un personaje público, comunicando y acercándonos al público con una imagen diferencial. Pasemos del Despacho Profesional al Despacho Innovador.
El nuevo perfil de servicio del Despacho Profesional: el Despacho innovador
Últimamente hemos visto como al lado de grandes supermercados aparecen fruterías que aprovechan el volumen de clientes que van al supermercado para ofrecerles producto fresco muy seleccionado. Esta diferenciación es la clave de su éxito, pero ¿cómo podemos aplicarla al Despacho?
Básicamente, vamos a tener un nuevo concepto de empresa: mucho pequeño empresario se agota con todos los procesos burocráticos, con la gestión de personal y tributaria. Todo esto le supone un grandísimo problema. Por ello nuestro objetivo será ofrecerle los servicios posibles relacionados con aquello que no es su profesión, para que los externalice. Y de esta forma, que el negocio se dedique a su negocio, y nosotros pasemos de una asesoría tributaria o laboral o contable, a una asesoría global.
Es decir, tenemos dos posibilidades:
- Hacer lo que siempre hemos hecho con más productividad, apoyándonos en la digitalización y aumentando nuestra área de operaciones.
- Centrarnos en pocos, pero muy buenos clientes y convertirnos en una asesoría global.
La pequeñas y mediana empresa, prácticamente en su mayoría, reacciona con un “yo ya estoy muy bien como estoy”. Pero en una economía como la del siglo XXI, el que se queda parado va para atrás. Si tenemos energía y ganas de crecer, aprovechemos este magnífico momento para hacer más rentables las empresas, para ganar más dinero, y para dejarlas en muy buen estado a los descendientes.
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Conclusiones
Un país donde aumenta mucho la población, especializado en la dirección correcta -el turismo-, con el apoyo de los Fondos Next Generation y económicamente en un momento óptimo, tiene además ahora el aliciente de la digitalización.
El aumento de la productividad gracias a ésta es muy importante: permite atender a más clientes y mejorar los procesos internos. Pero, además, si decidimos convertirnos en una boutique especializada y en una asesoría global, tenemos una oportunidad para captar al nuevo perfil de emprendedor y convertirlo en nuestro cliente. A todo ello, la compleja relación con la Administración pública implica una gran necesidad de apoyo y ayuda por estos nuevos empresarios.
Es el momento de apostar por el crecimiento y apoyarse en empresas que ofrecen contenidos de valor y que acompañen en este proceso. Vienen tiempos muy buenos para los que decidan apuntarse a la digitalización del Despacho y a enfocar su actividad en ello.