Gestión de riesgos legales

• Riesgos contractuales: Derivados del incumplimiento, una mala interpretación o no ejecución de las cláusulas contractuales. Por ejemplo, el incumplimiento de un contrato de prestación de servicios puede dar lugar a litigios y pérdidas económicas.
• Riesgo regulatorio (o de compliance): Ante los cambios constantes en las leyes y normativas, mantenerse al día es todo un reto. No estar en regla puede acarrear cuantiosas multas y dañar la reputación. Un ejemplo sería no aplicar el RGPD, lo cual ha supuesto importantes sanciones para numerosas empresas.
• Riesgos derivados de la propiedad intelectual: Proteger y no infringir la propiedad intelectual es crucial. Las empresas deben asegurarse de que su propiedad intelectual está adecuadamente protegida y de que no infringen los derechos de terceros. La infracción de patentes, por ejemplo, puede derivar en costosas batallas legales.
• Riesgos en materia de protección de datos: Las filtraciones de datos son cada vez más comunes, y las organizaciones deben aplicar las leyes de protección de datos, principalmente el RGPD, para evitar graves sanciones y la pérdida de confianza.
• Riesgos corporativos: Una gestión eficaz es esencial para la estabilidad operativa de la empresa. Los problemas de gestión corporativa pueden tener repercusiones legales, como se ha visto en casos sonados como el de Enron.

✔ Identificación y evaluación proactiva de los riesgos: Realizar periódicamente evaluaciones de riesgos para identificar posibles riesgos jurídicos. Utilizar marcos de referencia y listas de comprobación para alinear la gestión de riesgos con la estrategia corporativa.
✔ Implantación de políticas y procedimientos sólidos: Desarrollar políticas y procedimientos exhaustivos para abordar los riesgos identificados. Garantizar que estas políticas se actualizan periódicamente para reflejar los cambios legislativos.
✔ Formación y sensibilización: Impartir formación periódica a los empleados para asegurarse de que conocen los riesgos legales y las medidas adoptadas para reducirlos. Esto incluye formación sobre protección de datos, compliance y obligaciones contractuales.
✔ Uso de la tecnología: Utilizar la tecnología para mejorar la gestión de riesgos. Herramientas como los programas de gestión jurídica, la IA y el análisis de datos pueden proporcionar información en tiempo real y mejorar la eficiencia.
✔ Seguimiento y mejora continuos: Implantar un sistema de supervisión continua de los riesgos legales y de la eficacia de las medidas de mitigación. Utilizar el feedback y el análisis de datos para mejorar continuamente las estrategias de gestión de riesgos.